Errores conceptuales del Anarquismo de izquierdas

02/06/2017

Hay un cierto anarquismo que, al contrario del anarquismo libertario (anarco-capitalismo (ancap), anarco-individualismo, anarco-individualismo,…), en lugar de creer en la libertad como algo que parte del principio de auto-propiedad – cada uno es dueño de uno mismo – y del axioma de no agresión – nadie tiene legitimidad para inciar una acción violenta – cree en un principio de libertad más próximo al republicanismo de Petit o Van Parijs, esto es, libertad como «no dominación». En cierto modo, los anarquistas de esta clase, que incluyen con matices a los anarco-comunistas, anarco-sincicalistas o anarco-socialistas (ansoc) creen en que hay que acabar con el Estado así como con la propiedad privada. Esto es, para ser libres debemos ser todos igualmente libres, entendido como tener todos la misma capacidad de acción.

Dicho esto, esta teoría plantea múltiples problemas. Para mi el primero parte de que es una teoría política utilitarista. Parte de fines, no de principios. No se basa en axiomas, sino busca medios para conseguir fines. El libertarismo ancap creen en principios y de ahí deriva todo lo demás, en particular que nadie tiene más derechos que nadie.

En el anarquismo de izquierdas se da la paradoja de que no creyendo en la propiedad, la asamblea es dueña de ella. Me explico con un ejemplo que puse el otro día a un ansoc. Si yo vivo en un terreno virgen de forma autárquica, yo creo que no tengo ningún deber para con la comunidad. Sin embargo, según la teoría ansoc, estoy usando un terreno que es de todos, y si me niego a compartirlo me pueden echar.

Aquí viene la profunda contradicción de la teoría. Propiedad privada no significa individual, sino privativa, esto es, que yo (o nosotros) somos sus dueños y podemos privar a otros de su uso. En el ejemplo anterior esta claro que el terreno es propiedad privada de la asamblea -me puede privar de ella. Por tanto, este anarquismo si cree en la propiedad privada, pero no en la individual.

También, mi amigo ansoc, me dijo que lo importante no es el derecho a la propiedad sino al uso. Aquí hay otro problema. La propiedad privada es un concepto evolutivo que existe para la resolución de problemas, y no solo entre humanos, sino entre diferentes especies. Es algo evolutivo con lo que hay que tener cuidado al analizarlo ya que la naturaleza es muy sabia por millones de años de prueba y error. Si vamos muy a la ligera entramos en el darwinismo social, que poco o nada tiene de anarquista.

El problema del derecho de uso es que de nuevo puede ser privativo. El derecho de uso de una manzana es privativo, otro no puede usarlo después de que yo me la coma. Si no hay escasez, si todo es abundante, el derecho de propiedad es innecesario, por eso el aire que respiramos no es de nadie (aún). Si hay escasez de manzanas (igual que el territorio de caza de los leones, por ejemplo) el derecho de propiedad se hace necesario para organizar el reparto, aunque sea una propiedad privada comunal en la que decide el uso una asamblea.

De nuevo, repito, esto es porque no hay abundante para todos. Esto puede ser tanto por la cantidad como por los factores productivos necesarios para producir el bien en cuestión. Explico esto último: podemos de forma naïve decir que hay suficiente trigo para dar de comer a toda la población mundial, y que por tanto esto no es escaso. Sin embargo, los medios de producción utilizados para crear esa cosecha sí lo son. Para empezar el tiempo usado como trabajo, o el metal que se ha dejado de usar para otros fines. Eso crea un valor y una escasez en la producción. Si fuera gratis, nadie invertiría ni trabajo ni materias primas para no recibir nada a cambio y el bien se haría escaso. Este por cierto, es el fallo básico de las teorías del subconsumismo, junto con otro praxeológico que ahora no viene al caso.

Dicho esto, como los bienes sobre los que la asamblea decide son escasos, esta los debe asignar de una forma u otra. Esto ocurre en muchas tribus, no es algo raro, y se hace de forma eficiente. Sin embargo, cuando la tribu crece, el acceso a la información para coordinar quien necesita qué se hace complicado, y surgen los grupos de interés. En cierto modo la asamblea también se estataliza, con expertos gestores – de hecho las tribus también tienen a sus jefes y consejeros – que reparten los recursos comunes a voluntad. Esto se parece al comunismo, con una asamblea elegida como buenamente se decida. Un estatismo sin propiedad privada individual.

Además tenemos otro problema. ¿Es una asamblea un órgano mundial? Imagino que no, ya que la coordinación sería imposible, así que deberá haber diferentes asambleas locales. Estas producirán cosas diferentes y tendrán que comerciar probablemente entre ellas. De nuevo aparece la propiedad privada de cada asamblea con la que intercambian. Así que sí hay propiedad de nuevo.

Volvamos una vez más al ejemplo del autarquista. A ese hombre le han echado por no plegarse a la voluntad de la asamblea. Y ahora me pregunto, ¿quién le ha echado? La asamblea. Imagino que dado que no existe el derecho de propiedad individual yo no tendré derecho de defenderme de la asamblea o este será ilegal, así que, y asociado a esto, como solo la asamblea tiene derecho de propiedad, solo esta tiene derecho a usar la fuerza para hacer con ella lo que decida. Acabamos de llegar a la definición de Estado de Weber como aquel que detenta el monopolio legítimo de la violencia en un territorio concreto. La asamblea es el Estado.

En cierto sentido, el anarquismo de izquierdas no es un anarquismo real -no busca la ausencia de poder- sino que partiendo de unos fines, busca colocar un «Estado Nuevo» que cumpla los fines preestablecidos para igualar a todos los miembros de una sociedad.

El asamblearismo no es anarquismo, es una suerte de tribalismo comunal, como las comunas gallegas actuales, o la de la película «La Playa» -película que recomiendo. Si se reduce a eso, a comunas localizadas y voluntarias, perfecto. Pero una asociación de personas no tiene más derecho a algo que un individuo, no puede decidir sobre el cuerpo de este o el fruto del esfuerzo de su trabajo. Si asumimos que la unión de muchas personas legitima sus acciones o les da derechos superiores al individuo entramos un terreno farragoso que puede justificar genocidios, esclavitud, etc.

Como puse en mi entrada…. si hay gradiente de poder, no es anarquismo.

PD: Otra reflexión que viene al hilo de esto, y que tiene que ver con la recompensa del trabajo. Dentro de la tradición anarco-capitalista libertaria, cuando uno que es dueño de su persona mezcla su trabajo – tiempo y esfuerzo – con algo como la tierra, el resultado de esto tiene imbuida parte de la persona y por tanto es de su propiedad. Si yo llego a un terreno virgen y planto una semilla que me encuentro y cuido el germen hasta que da fruto, eso es mio ya que ahí está puesta mi propia vida – tiempo y esfuerzo. Según la filosofía socialista, tanto comunista como anarquista, no tenemos derecho a dicha propiedad porque lo que inventemos, produzcamos o eleboremos se basa en un conocimiento social previo que nos ha permitido llegar hasta ahí.

Eso es cierto, todos nos basamos en lo hecho previamente. Como dice John Rothchild en su libro Bionomics, el progreso humano es parecido a la evolución natural. Son copias de información con mutaciones – cambios – que mejoran o empeoran la idea. A la larga la mejor adaptada perdura. Un ejemplo es el paso -evolució –  del  telégrafo al móvil.

Sin embargo, ¿podemos eliminar la responsabilidad al hombre que dió el último paso porque hubo pasos previos? Aquí entra en juego la naturaleza humana. Los seres humanos decidimos que hacer, podemos decidir trabajar – como la hormiga de Esopo – o disfrutar de la vida – como la cigarra. Pero es una decisión personal. Si yo decido que quiero mejorar alguna tecnología, eso requiere un esfuerzo que otros muchos no están dispuestos a hacer. Y esa inversión de tiempo y esfuerzo merece una recompensa si llego a buen fin. De no haberla, entonces ¿quien inventará? Si no es merito mio crear algo, crealo tú. La desidia como norma es el resultado de socializar los exitos y los fracasos.

Al final todo es una cuestión de pérdidas/beneficios,  no hablo de economía, sino de praxeología, del estudio de la acción humana. El ser humano actúa cuando cree – subjetivamente – que puede mejorar, sino no, no actua. Si me voy a esforzar es porque creo que me va a beneficiar. Si el beneficio se reparte entre todos, sale beneficiado de forma neta el que no se esfuerza. Por tanto, el trabajo se desincentiva.

Además esto también pasa por no entender que de forma directa nos beneficiamos de las innovaciones que surgen, teniendo acceso a más bienes y servicios una vez estas se incorporan a la sociedad. Los móviles, los PCs, … han mejorado nuestro acceso al la productividad, al entretenimiento, ha roto barreras, … y encima, al no socializar los éxitos de los que se la jugaron – su tiempo y su dinero – en estas tecnologías, hemos permitido que el mejorar el mundo sea algo atractivo.

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